Nos identificamos con el materialismo, nos llenamos de consumismo y la consecuencia es la acumulación. Esto nos lleva a desvalorarnos y desidentificarnos de nosotros mismos.

No agradecemos lo que tenemos, sino que ansiamos lo que creemos que nos falta. Es un sentimiento desmesurado de carencia que se fundamenta en la disolución de uno mismo.
Acumulamos más de lo que necesitamos y esto nos desborda a nivel físico, mental y emocional. Tenemos desbordados cajones, armarios, hogares y trasteros. Ocupamos todo el espacio físico, el tiempo lo perdemos llenándolo de banalidades y también ocupamos nuestro espacio mental con pensamientos basura que nos llevan a acciones inconscientes sin dirección.
Nos ocupamos de vaciar nuestro móvil y nuestro ordenador, pero nos desocupamos de nuestro espacio y de nuestra salud.
Los continuos estímulos externos de anuncios interminables nos motivan hacia el consumo, haciéndonos pensar cada día todo lo imprescindible para nuestro bienestar.
Todo esto nos lleva a vivir sin espacio físico y mental, pero a algo mucho peor: a sentirnos impotentes y desvalidos cuando no conseguimos lo que queremos, a vivir altos niveles de estrés, a no saber gestionar el desequilibrio emocional y a la desestructuración de nuestra vida.
En resumen, somos nuestros propios perpetradores robándonos espacio vital, salud, amabilidad y conciencia.
Si no ponemos límites a nuestra vorágine de pensamientos destructivos, ¿cómo vamos a saber poner límites a los demás cuando nos roban espacio?
Esto nos hace sentirnos bloqueados y desbordados continuamente. Corremos sin parar día tras día, y no nos paramos a escucharnos ni observarnos.
Pero, tal vez, lo que no sabemos es cómo afecta todo esto a nuestra salud física, a nuestros órganos internos a nivel energético. La medicina china y otras culturas orientales nos hablan de la importancia de cuidar nuestra energía, que es la que nos da vitalidad.
No somos conscientes de cómo estamos afectando diariamente a nuestros riñones viviendo desde continuamente desde altos niveles de estrés. Cuando no conseguimos lo que supuestamente necesitamos nos sentimos inadecuados y una de las emociones que nos merma es el miedo. Esto nos lleva a vivir en continua negatividad.
Para la medicina china los riñones son “el asiento del miedo”. Los problemas de riñón se ocupan del miedo en conexión a las relaciones con nosotros, con los demás y con el entorno, ya sea en forma de dolor no expresado o en inseguridad emocional.
Esta medicina milenaria nos dice que el aspecto que más daña a nuestros riñones es la negatividad, por esto, cuando estamos de mal humor y en un estado negativo la crítica hacia todo es continua: criticamos al mundo y a nosotros mismos. Esto contribuye al deterioro de estos órganos dicen, mucho más incluso, que una mala alimentación.
¿Qué pasa cuando no podemos cumplir con estas expectativas? ¿Cómo evitamos sentirnos abrumados y derrotados?
La respuesta es simple: clarificar nuestros propósitos. Si no tomamos el tiempo para entender lo que es importante en nuestra vida para darle prioridad alguien lo hará por nosotros. Tenemos que estar enfocados en nuestras metas diarias. Si no es así y permitimos que los demás o las circunstancias tomen la dirección de nuestra vida, nos produce un impacto dañino en nuestra autoestima y en la forma en que percibimos nuestra existencia.
Lo positivo es que podemos aprender a enfocarnos en lo verdaderamente importante: cuidar nuestro espacio externo e interno. Descubrir lo que quienes somos, conocer nuestro verdadero ser, nuestra alma. Aprender a cultivar conciencia, calma, amabilidad hacia nosotros mismos y hacia los demás,
Cuando nuestra mente está limpia, serena y ordenada, solemos alcanzar momentos de plenitud. Decidimos dejar de ser adictos a la infelicidad para vivir con felicidad, pero para ello es necesario poner orden y priorizar.

Así que, si quieres aprender a priorizar y a vivir una vida más equilibrada:
- Toma el primer paso y clarifica tus propósitos.
- Sé consciente de donde estás ahora para conocerte más y conocer tus estados mentales y emocionales.
- Pon todo de tu parte para tener constancia en tu objetivo de dejar atrás el estrés y la preocupación y comienza a vivir con propósito y significado.
- Toma infusiones: cola de caballo, diente de león, ortiga verde.
- Muévete, haz deporte, baila.
- Practica Mindfulness para vivir el presente con plenitud.
Deja de perpetrar tu tiempo y tu vida.